Los discursos parlamentarios de Práxedes Mateo-Sagasta

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Legislatura: 1876-1877 (Cortes de 1876 a 1879)
Sesión: 19 de junio de 1876
Cámara: Congreso de los Diputados
Discurso / Réplica: Discurso
Número y páginas del Diario de Sesiones: 88, 2251
Tema: Orden del día señalado para la discusión de las leyes orgánicas

El Sr. SAGASTA: Pido la palabra.

El Sr. PRESIDENTE: La tiene V. S.

El Sr. SAGASTA: Usía ha dicho que se imprimirán, repartirán y discutirán el miércoles. Supongo yo que antes de señalar día para su discusión habrán de verificarse esas dos operaciones; y si ha de empezar la discusión pasado mañana, no hay tiempo para imprimirlo, repartirlo y señalarlo.

El Sr. PRESIDENTE: Mañana por la mañana quedará repartido a los Sres. Diputados.

El Sr. SAGASTA: De cualquier modo, Sr. Presidente, desearía que V. S. se hiciera cargo de la importancia de estos proyectos, y de que leídos esta tarde a última hora para discutirlos pasado mañana, me parece poco tiempo si los Sres. Diputados todos, así los de la mayoría como los de la minoría, desean estudiarlos con el detenimiento que merecen. Yo desearía que la Mesa se sirviera darnos tiempo para que estudiáramos estos proyectos, que así lo exige la importancia de la administración provincial y municipal, y porque es bueno que aquí donde nos mandan los pueblos hagamos todo aquello que indique que tenemos interés en representarlos como se merecen. Hago, pues, este ruego a la Mesa

El Sr. PRESIDENTE: la Mesa desea complacer a los Sres. Diputados, y por consiguiente tendrá en cuenta las indicaciones que ha hecho el Sr. Sagasta.

Sin embargo, debo decir que al señalar el miércoles para la discusión de estos dictámenes, lo hice obligado de la necesidad, porque no hay para el miércoles más negocio que éste. (El Sr. Albareda pide la palabra)

Para mañana no hay más dictamen que el del ferrocarril del noroeste, que está pendiente, y que probablemente terminará a primera hora; de modo que si hubiera otros dictámenes que poner a discusión, yo procuraría dar más tregua a los Sres. Diputados para que tengan tiempo de estudiar este asunto.

El Reglamento, como sabe el Sr. Sagasta, no dispone sino que los dictámenes estén veinticuatro horas sobre la mesa; en estos asuntos graves, el Presidente ha tenido cuidado de que estuvieran cuarenta y ocho; pero si aún les parece poco a los Sres. Diputados, yo procuraré complacerles hasta donde lo permita el despacho de los negocios.



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